Pasamos una mañana divertida y diferente. Recomendable al menos una vez probar la experiencia. Si te da una bola duele y hematoma asegurado, pero lo peor es el terreno, si ha llovido hay tanto barro y charcos que te resbalas y hundes lo que dificulta correr. Por cierto, los charcos bastante profundos se forman delante de los obstáculos en los que te tienes que cubrir, algo lógico porque el terreno ahí está más pisado y hundido, algo que como sugerencia a los encargados, si se pudieran a cubrís esos huecos no se haría tanto charco.
Y ya puestos, no estaría mal que se aseguraran de tener botellines de agua que intentamos comprar pero no les quedaba ninguno, y eran las 12:00 todavía.