Si mal no recuerdo, la primera vez que visité Campo do Lobo ¿Sería hace más de 12 años? Y no solo está igual. Está peor:
Hemos pasado de poder jugar toda una tarde compartiendo terreno con otro grupo a tener que jugar una contrarreloj con otros cuatro grupos más. Esto afecta al consumo de bolas, pero no te lo van a explicar, así que pagarás un máximo de 35 euros por unas bolas que no vas a poder disfrutar.
Las marcadoras… Comprendo que es un material para iniciación, pero en todas las partidas una persona de cada equipo tenía que abandonar el campo para cambiar o verificar su equipo. Las máscaras están echas polvo, con múltiples arañazos que junto a la condensación que acumulan hacen de la visibilidad una desgracia.
Siempre recordé Campo do Lobo como un lugar donde pasábamos tardes enteras a gusto y salíamos con mil anécdotas, empapadas en sudor y con una sonrisa en la cara.
En mi última visita, siento y sentimos que se nos ha tomado bastante el pelo.
Una pena.